
La Academia Renacimiento, a través de Trinitate Philharmonia, tiene el gusto de presentar su “Con cierto coloquio XXVI” en el ya tradicional recinto Auditorio Mateo Herrera.
Para esta ocasión, parte de los ensambles de cámara de Trinitate Philharmonia, presentan un programa que va desde Bach, Mozart, Reinecke, Blanc, Arban y Tchaikovski, mostrando la versatilidad propia de los ensambles de cámara en dotación diversa.
La vasta obra de Johan Sebastián Bach es un referente del repertorio de concierto universal en todos los formatos, durante el ultimo cuarto del siglo XX, se dio un “cierto movimiento” de recuperación de la interpretación con instrumentos originales o replicas de la época del barroco, ensambles, orquestas y directores del viejo continente se dieron a la tarea de recopilar datos, instrumentos, técnicas y bibliografías que les permitieran conocer o acercarse con mayor fidelidad a como se interpretaba la música del barroco, con especial énfasis en Johan Sebastián Bach, personajes como Harnouncourt, Gardiner e incluso Saval lograron sentar las bases de lo que es la nueva corriente de reinterpretación de la obra de Bach, logrando versiones extraordinarias que hoy mismo son un referente obligado.
La suite No. 1 para cello de Bach se muestra en esta ocasión en una versión para contrabajo, practica muy común para los contrabajistas, al abordar la música de Bach en el sentido de obtener mayores alcances en la técnica instrumental y de interpretación.
Al igual que Bach, Mozart figura entre los grandes referentes del repertorio universal de concierto.
Pero; que se puede decir de Mozart que no se haya mencionado ya?..
Seguramente habrán mas datos, anécdotas o algún manuscrito oculto en espera de ser reencontrado, sin embargo; el Ave Verum Corpus (K 168) se muestra para esta ocasión en una versión para trio de contrabajos.
Carlos Enrique Reinecke, nombre curioso castellanizado.. fue un compositor, pianista, director y pedagogo alemán que hizo su primera gira musical en 1843, hecho que le llevó en 1846 a que fuera nombrado pianista de la Corte de Cristian VIII de Dinamarca en Copenhague, donde permaneció hasta 1848. Durante este período escribió cuatro conciertos para piano y cadencias de varias obras, incluso un gran grupo publicado como el Opus 87. También compuso conciertos para violín, cello, arpa y flauta, sin dejar de lado la particular dotación de oboe, corno y piano, de la cual tendremos el gusto de apreciar mediante su Trio opus 188.
Misma dotación instrumental para la Romanza de Adolphe Blanc, compositor notablemente francés del periodo romántico, quien estudio violín en el conservatorio de Paris, aunque finalmente se inclino por la composición, para lo cual; logro mediante la música de cámara el medio propicio para su desarrollo como compositor.
Jean-Baptiste Arban, también compositor francés, estudió trompeta con Francois Dauverne en el Conservatorio de Paris. Fue nombrado profesor de saxhorn en la Escuela militar en y profesor de corneta en el Conservatorio de París en 1869. Publicó Le Grande methode complete pour cornet a pistons et de saxhorn en París en 1864 y es todavía usado por los intérpretes modernos. Sus variaciones sobre el tema “Carnaval de Venecia” sigue siendo uno de los referentes para los solistas de corneta y trompeta; Arban, aparentemente realizó una grabación en cilindro de fonógrafo para Edison Co. poco antes de su muerte.
Su capacidad inagotable de componer melodías bellas y sensuales es el principal atractivo de Tchaikovski.
El talento musical del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovski se manifestó muy pronto, primero en su ciudad natal Vótkinsk y más tarde en San Petersburgo. El fallecimiento de su madre, cuando él tenía 14 años, su temperamento inestable e hipersensible hicieron de él una persona triste, huraña y desconfiada, y le ocasionaban unos profundos problemas psicológicos que lo sumían en la desesperanza. Entre sus obras más conocidas se encuentran los ballets El lago de los cisnes y El Cascanueces, la ópera Eugene Onegin, las Sinfonías Cuarta, Quinta y Sexta y los Conciertos para violín y para piano. Pero pocos aficionados conocen la belleza de la música de cámara, para piano, coral y las canciones de un genio inclasificable y fuera de lo común. Todo un caudal creador con el que no lograba evitar las crisis recurrentes en su vida personal.
Tchaikovski es una de las personalidades más criticadas de toda la historia de la música. Por un lado, algunos lo atacan por su sentimentalismo, el de un neurótico depresivo extremadamente problemático. Por otro lado, Balakirev, Mussorgsky, Borodin, Cui y Rimsky-Korsakov lo veían como un conservador que componía sinfonías al estilo clásico y renegaba abiertamente del orientalismo que impregnaba las obras del Grupo de los Cinco de San Petersburgo. En efecto, Tchaikovski se había diplomado en el Conservatorio y se amoldaba a la tradición centroeuropea. Pero tenía algo que muchas veces le faltaba al Grupo de los Cinco: la capacidad ilimitada de crear melodías bellas y sensuales.
Ese talento es el principal atractivo de Tchaikovski, el que le hizo famoso en el mundo entero. Mal que les pese a sus detractores rusos, esas melodías era de un tipo indiscutiblemente ruso, de alma doliente, introspectiva, atormentada y melancólica. Como la de los personajes del teatro de Chejov y las novelas de Dostoyevsky. Como su propio yo, el yo de Tchaikovski.
Este estilo personal, ni abiertamente germánico ni abiertamente nacionalista, aunque siempre ruso y sentimental, puede verse con claridad en muchas de sus obras, como en el Vals sentimental que abre las Seis Piezas, op. 51 que compuso en 1882. En aquel año, el editor de la revista Nuvellist de San Petersburgo, Nikolay Bernard, envió una carta a Tchaikovski pidiéndole que compusiera para su revista –a petición de los suscriptores-, seis piezas para piano. En caso de aceptar el encargo, cuatro de las piezas debían tener como títulos Nocturno, Sueños, Vals de Salón y Danza Rusa. El compositor compuso las piezas entre agosto y septiembre de 1882, aunque de los títulos sugeridos Tchaikovski sólo utilizó uno, Vals de Salón, que se publicó como el primer número, siendo la sexta pieza este Valse Sentimentale. Un vals, la danza centroeuropea más popular de aquel tiempo.
En el Con cierto coloquio XXVI, con los grupos de cámara de Trinitate Philharmonia, tendremos oportunidad de apreciarlo..
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